¡Hasta mañana!

PROSA Nº 2 DESDE MI CAPARAZÓN


Día 26 de confinamiento por el Covid-19, Madrid, 20:30 horas:

Hay tanto que quisiéramos decir cada atardecer desde los balcones y ventanas a las ocho de la tarde, cuando mis vecinos y yo compartimos aplausos agradeciendo a médicos, personal hospitalario, policías… y a todo aquel que forma parte de este gran engranaje, de esta gran cadena humana de valentía…

Como cada día, la ovación va creciendo, se hace más larga, más intensa. Es nuestro momento de unión. Nos miramos, nos damos fuerzas, hablamos en la distancia («Hola vecino, ¿cómo lo lleva?…”). Nos emocionamos cuando vamos aplaudiendo con más fuerza, casi sin darnos cuenta, porque se van entretejiendo historias de familias y amigos que sufren por la pérdida de seres queridos o porque tienen a algunos de ellos enfermos graves, y en cada resonar de palmas va surgiendo una especie de grito contenido, de un “¡Basta de muertes, por favor!”, de un “¡Resistiremos!”. Cada aplauso es un reclamo al Universo en súplicas con manos unidas que quieren trabajar y llevar el sustento a cada hogar, como antes.

Aquí estamos, unidos, apoyándonos, conociéndonos incluso… En el edificio de enfrente salen puntualmente todos los abuelitos a aplaudir con energía. El señor de debajo lo hace con gesto serio y responsable, ensimismado… pero hay una pareja de ancianos que a veces detiene su palmeteo para mostrarnos a todos sus pulgares hacia arriba. Es su forma de decirnos que están “bien”, y la gente les devuelve el gesto elevando masivamente sus pulgares: “¡nosotros también estamos bien!”. Yo les tiro un par de besos al aire que se alzan desde mis manos y noto que los reciben en sus mejillas y sonríen.


«¡Ánimo vecinos!»

El niño pequeño que agarrado a los barrotes de su ventana da las “¡Gracias a todos los médicos!”, ahora se dirige a mí y me pregunta “¿Cómo te llamas?”“¡Amely, Amelyyyy!”, grito yo sin saber si me escucha… Está demasiado lejos. Pero cuando los aplausos terminan, él, como organizador del evento, me saca de dudas: “¡Hasta mañana, Amely!”. Je je je, cuando le vuelva a ver, dentro de 24 horas, le preguntaré su nombre.

Como despedida, me sale del alma un desgarrador “¡Saldremos pronto de esto, lo vamos a lograr!”. Reflexiono mirando a los que se resisten a entrar en casa… Por ellos, por la juventud, por los niños, por todos, debemos seguir con confianza y fe. Y que llegue el día en que los aplausos se puedan acompañar con abrazos, con besos, con caricias, sin miedo a contagiarnos. Seguro que esto nos hará evolucionar.

En esos minutos, mi corazón me dicta señales que nunca antes percibí: que las cosas superficiales se van quedando en el baúl del siglo pasado. Al menos, desde hace unas pocas semanas mis prioridades han cambiado. Volver a ser libres valorando aún más todos esos detalles que antes nos parecían cotidianos y normales, como salir a dar un paseo, reunirnos para festejar un acontecimiento o tomar un café en compañía.

Estos momentos han sido tan emotivos y duros, que no hay quien pueda olvidarlos. E imagino el coro de voces de los sobrevivientes cantándole al cambio de mentalidad, a la espiritualidad y a la esperanza. Ojalá esa energía de hoy, desde nuestras ventanas, siga creciendo y sea el manto celestial que nos cubra en una humanidad que necesita más que nunca protección divina e ilusión… En este peculiar Jueves Santo, gracias Dios por darnos valor, coraje y paz ante la adversidad y que el espíritu de tus inmaculadas manos sea la sanación para nuestros enfermos. Qué así sea.

(Continuará…)

17 comentarios de “¡Hasta mañana!

    • Amely Duvauchelle dice:

      Hola Gisela:
      Gracias por comentar. Es verdad, ya nada podrá ser igual. Hay mucha gente que ya no estará entre nosotros y me da mucha pena el personal sanitario, cuidadoras, personas de la limpieza que se contagian por su trabajo y por una vocación que va más allá de su propia vida.
      Esperemos que pronto nos podamos abrazar y que pasen rápido los días sin más noticias tristes.
      Abracitos de Amely

    • Amely Duvauchelle dice:

      Querido Alex:
      Cada día que salgo a aplaudir es como que se conjugan un montón de sensaciones. Es pena de vivir unos días nublados y tristes, es emoción de saber que hay profesionales que se están dejando la vida por salvar al próximo. Son tantos los sentimientos a flor de piel que me repito cada día. Yo he cambiado mis prioridades, sin duda. Nuestras vidas cambiarán de ahora en adelante. Evolucionaremos como especie. Seguro que sí.
      Amely

      • Luis Cisternas V. dice:

        Hola, Amely. He leído parte de lo que me has enviado. Es una narración muy interesante. Sobre todo los diálogos establecidos con los vecinos. Muy constructivos. Mi enhorabuena por tu blog. Un trabajo maravilloso el que haces a través de él…

    • Amely Duvauchelle dice:

      Hola querida Silvina:
      Te doy las gracias por comentar en este Blog. Realmente estos momentos a los que nos dedicamos a comunicar y transmitir sentimientos, nos superan, porque estoy segura que tu sentir igual lo transmites dentro de las notas musicales y tu bella voz, como lo puede ser otra alma sensible dentro de unos versos.
      Si las redes sociales y la tecnología nos dan esta oportunidad de poder comunicarnos y vernos a través de pantallas, es un gran paso para sobrellevar estos terribles días. Y sólo pedimos que esto de una vez ya se termine.
      Un gran abracito de salud y cariño.

  1. Bernie Juliet Linoge S't Marie dice:

    Sí, es conmovedor ver tantas muestras de agradecimiento a esta primera línea en la batalla de este virus…
    Yo no aplaudo, me da pudor ser un espectador…
    Sólo desde el fondo de mi corazón espero que los sanitarios del mundo logren ganar esta guerra… Porque eso es, una guerra en donde el enemigo no se ve… Y las víctimas podemos ser todos.
    Un abrazo amiga, cuídate mucho.

  2. Francisca dice:

    Que bonitas palabras Amely, creo que es algo que vivimos todos día tras días a las 8 se nos llena de fuerza esas manos para dar un aplauso cada vez más fuerte. Todos queremos que ya termine esta pesadilla y no saber más de que muchas familias lo están pasando mal por algún familiar que se nos ha ido por este virus. Te mandamos una abrazo muy grande de parte de Dieguito y yo .

    Esperamos que este bien tu y familia.

  3. Geral Aci dice:

    Amely escribe y traslada, me veo en su balcón saludando vecinos y entregando optimismo. Felicitaciones Amely hacen falta muchas mujeres-escritoras como tú. Un saludo

  4. Bessie Ethel Olivares dice:

    Me hiciste llorar Patita, mi alma amiga, mientras leía no podía contener mis lágrimas que comenzaron a brotar de mis ojos, me tuve que sacar los lentes, para continuar leyendo, sentí como salía del fondo de tu ser estas hermosas palabras y vivencia que se está viviendo en España y en todos los lugares del mundo.. Solo nos queda Orar, Rezar y clamar a nuestro Dios Padre Celestial que derrame sus bendiciones y este contagio pare… Ya basta de tantos fallecidos y de tantos que están sufriendo esta enfermedad, solo nos queda cuidarnos y no perder la fe y la esperanza que esto ya termine.. Un gran abrazo a la distancia querida amiga, te quiero mucho y cuídate que te quiero volver a ver.. Besos

    • Amely Duvauchelle dice:

      Hola Bessie:
      Debo admitir que solo hoy me he podido animar para responderte. No pretendo hacer llorar y causar más tristeza de la que ya hay, pero necesitaba escribir lo que realmente vivo y estoy pasando aquí. A veces le pregunto a Dios, qué más quiere de nosotros, pero seguro que él tiene planes que no logramos comprender. Lo que podemos pedirle es compasión desde el sentir de nuestros corazones. Ya sabes como soy de sensible. Hay días en que me siento colapsada o superada por la triste realidad, pero al día siguiente intento sacar fuerzas de flaquezas.
      Por supuesto que nos volveremos a ver amiga. Por favor no perdamos la esperanza y la fe en que hay muchos más mañanas. Niños que nacen y nuevas experiencias de vida que nos fortalecerán y nos transmitirán que debemos de una vez por todas tener amor por el próximo como el que tenemos por nosotros mismos.
      Un gran abrazote de ánimo amiga y no llores por fis.
      Amely

  5. ELIANAPANOSO VARGAS dice:

    Excelente reflexión, amiga ya muchas nos sentimos así, y agradecemos de estar aún, abrazos y muchos cariños. Idola

  6. Patricia Córdova dice:

    Mi querida poeta, realmente tocas las fibras más sensibles de nuestro ser…Es una profunda reflexión ,que no solo atañe a España , sino que a todo el mundo, y debemos aprender una gran lección ,ya no solo mirar por nuestros intereses, sino que abrir nuestros corazones al universo, para que, desde donde quiera que nos encontremos, sepamos que ya el mundo cambió.. Quizás con esta prueba tan drástica, más se necesitaba..Aprendamos a valorar desde ahora en adelante , un abrazo, un saludo del vecino, la sonrisa de un niño, una palabra o gesto de disculpa , seamos accesibles para todos aquellos que nos rodean ..
    Ahora aquellos que aún tenemos fe, sigamos pidiendo por que todo esto termine pronto .
    Te envio un gran abrazo desde Chile con mucho cariño y admiración..Fuerza para nuestro mundo

  7. Ana_María dice:

    Quienes escribimos tenemos la obligación de contar la historia, lo que haces es muy valioso mi querida Amely y cuando veas nuevamente a ese niño, dile que desde Chile van muchos abrazos esperanzadores, te quiero amiga.

  8. María José dice:

    Gracias querida Amely por tu inspiración en estos tiempos en que tanto necesitamos cariño y afecto.
    Abracitos a la distancia, pronto nos veremos

  9. Santos Ortega Marcos dice:

    Hola Amely,
    Hace poco me preguntaban, pero hay Esperanza?, y me acordé de aquel dicho: «Mientras hay vida hay Esperanza» y remomarando al poeta: La esperanza eres Tú, y como suma todos nosotros, sin olvidar a los caídos, de esta pandemia cruel y mal gestionada. Vaya pues mis felicitaciones por tu blog, y recordemos a tantos mayores mis herman@s, que se han ido en el silencio y gran Soledad injusta.
    Así que hoy día del Libro, tengamos esperanza pero no Olvido, y luchemos por la Esperanza para los que nos siguen.

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